—Dosaegn, hermanito, toma las
cosas con calma.— Alberu se alejó en su gran cama, tenía suficiente espacio;
sin embargo, conforme Cale gateó hacia él, alcanzó el borde.
Viendo cómo el príncipe se
aferraba al espaldar, el héroe de Roan sintió un breve sentimiento
satisfactorio.
·
Cale…
El pelirrojo asintió, mientras se acariciaba el entrecejo.
La verdad es que su cabeza estaba un poco confusa.
—“Me estoy aprovechando de
él”. — Sin embargo, viendo de nuevo el gesto sonrojado, expectante y nervioso
de Alberu, sintió ganas de seguir molestándolo.
—¿Q-qué pasa? ¿Estás teniendo
algún extraño cambio de nuevo?
Cale suspiró largamente. La
verdad es que sí se sentía extraño. Solo de echarle un vistazo a Alberu sentía
sed.
—Te ves apetitoso en este
momento, hyung.
El rostro de Alberu casi
explota.
—¡No! ¡Espera! — Se cubrió el
rostro y suspiró largamente. — ¿Por qué estás jugando en este momento? Tómatelo
en serio.
Cale lo observó por un
momento y después tocó con su dedo repetidamente sobre las sábanas. Él tampoco quería morder a Alberu, pero
también quería dejar de sentir que su cuerpo se debilitaba a cada segundo.
·
Estoy intentando
ayudarte, pero si lo hago demasiado habrá un gran rebote.
Claro, aún si la vitalidad
luchara contra la enfermedad, esto solo serviría para postergar su convivencia
con el parásito. De seguir así, pronosticaba que si no recibía el tratamiento,
su cuerpo no soportaría la presión y volvería a verse en riesgo de muerte.
·
Niño, te
sacrificas tanto que la roquita te quedó en pañales.
El Fuego de la Destrucción
también tenía razón. Pero realmente quería evitar sacrificarse y no podía ser
tan terco para hacerlo por una enfermedad cuya cura estaba en sus manos. Elevó
la cabeza y suspiró.
—Hyung, ¿puedes ayudarme, por
favor? Solo esta vez.
Alberu guardó silencio, él
también estaba consciente de la necesidad por la que pasaba Cale.
Tragó saliva y tras
acariciarse el entrecejo levantó un dedo.
—Una sola condición. — Al ver
que Cale asentía, Alberu le respondió con el mismo gesto. — Tienes que prometer
que lo harás con cuidado.
El pelirrojo asintió nuevamente.
—Si te digo que pares, paras.
—Hm—, otra vez fue una
respuesta afirmativa.
Alberu se peinó el cabello,
aún ansioso. Ese rostro tranquilo de su hermano jurado solo aumentaba su
nerviosismo.
—“Sé que lo hará según lo
prometido, pero…”.— Por alguna razón, de todas las veces en las que Cale entró
a su habitación como si fuera pedro por su casa, esta vez, estando ambos sobre
la cama se sentía un tanto diferente.
El cuarto elfo inspiró
largamente y negó.
—“Estoy pensando demasiado”. —
Ya lo había aceptado y se mentalizó toda la tarde aunque todo haya sucedido tan
rápido, solo quedaba hacerlo. No tenía sentido dar marcha atrás ahora.
—“Solo es Cale…”.
—Ha… Bien. — Armándose de
valor, miró fijamente los ojos contrarios y se le acercó. De rodillas a unos
centímetros de él, despejó su clavícula, dándole el visto bueno.
—Hazlo, pero… Ayer dolió
demasiado, tienes que hacerlo con calma.
Cale observó la piel lisa del
cuarto elfo. Fue un pequeño detalle que pasó fugazmente por su cabeza; Alberu
tenía tanta confianza en él que pensaba dormir en su forma original, tal vez
era cansado para él permanecer siempre ocultándose y quería aprovechar esta
oportunidad para descansar. —… Agradezco mucho la disposición de nuestro sol.
—Oye, ya te dije que lo
tomaras en serio.
Ignorando los regaños de su
hermano jurado, el héroe de Roan se acercó lentamente hasta que su nariz estuvo
a punto de tocar la piel contraria.
—O-oye…
Solo estaba tratando de
adivinar en dónde debería morder, pero al elevar la mirada y encontrarse con
esas facciones sonrojadas del ríncipe, Cale, sintió que algún tipo de instinto
se apoderaba de él. Un destello rojo refulgió en sus ojos.
Al verlo, Alberu sintió que
se le erizaban los vellos de la nuca, eso era similar a lo que vio la noche
anterior, donde Cale enloqueció totalmente; mas sus réplicas quedaron
encerradas en su garganta.
Un roce suave hizo que se estremeciera de pies a cabeza.
Su respiración se cortó
mientras los labios ajenos recorrían el camino desde su hombro hasta su cuello.
No pudo evitar sentirse sorprendido, jamás pensó que llegaría a una situación
tan comprometedora, no con su ajetreada vida; por encima de eso, nunca hubiera
pensado compartir esta cercanía con su hermano jurado.
La boca ajena se tomó su
tiempo en acariciar la zona. Llegó un momento en el que Cale incluso cerró los
ojos y permaneció allí, agachado.
—… ¿Qué haces? — Alberu
sentía que se iba a desmayar por la vergüenza mientras soportaba sentir la
respiración contraria rozar su cuello.
—Dijiste que lo hiciera con
calma, hyung.
El príncipe exhaló un tenue
suspiro. La verdad es que sí lo había dicho, pero no imaginó que esto sería
tanto para su inexperto ser.
—Termina rápido, estoy
empezando a dormirme.
Cale sonrió y segundos
después hizo lo pedido. De alguna manera pudo sentir el lugar correcto en el
cual debía hacerlo; al igual, pese a su inexperiencia siendo un vampiro, sus
dientes solo crecieron y pudo atravesar la piel contraria con facilidad.
—Ugh…
O al menos para él fue fácil,
pues Alberu sintió que un pinchazo le atravesaba de allí hasta el pecho. En una
reacción meramente evolutiva, su cuerpo crepitó con fuerza e incluso se sintió
algo mareado. Se aferró a las ropas de Cale como si fuera un salvavidas.
Mientras, su sangre fue
drenada tan lentamente que sintió ganas de acelerarlo él mismo; mas recordaba
el ataque de la noche anterior con extraordinaria vividez y desistía. Lo mejor
era soportar esta extraña sensación, intentando que su cuerpo se mantuviera
firme.
—¡Para! — Con solo este
mandato, el héroe de Roan se apartó de inmediato. Ambos permanecieron allí por
un tiempo, jadeando, hasta que sus miradas chocaron.
Alberu se sintió alerta al
estar bajo esa mirada sobrenatural y se quedó inmóvil.
—D-dosaegn. — Intentó
llamarlo, presentía que algo no estaba bien. Esos ojos brillantes eran
semejantes a la sensación de cuando veía un delicioso postre sin haber comido
en todo el día.
—C-cale. — Alcanzó sus
hombros. — Vuelve a tus sentidos.
Sin embargo, el héroe de Roan apartó sus manos con una
fuerza sobrenatural, impropia de él y lo tiró a la cama sin mucho esfuerzo.
—¡Cale!
—Como se esperaba del sol de
nuestro reino, brilla tan apuesto incluso cuando es de noche.
Aquella sonrisita pícara era
justo lo que el príncipe estaba tratando de evitar. Cale estaba fuera de
control de nuevo.
—¡C-cale, despier-!
Esta vez, su boca fue sellada
con un beso robado.
Alberu frunció el ceño e
intentó cerrar los labios, pero el vampiro lo mordió, forzando el paso de su
lengua.
—“Mierda”.
Aprovechando que no podía
respirar, las manos ajenas pasearon por su cuerpo.
—¡No más! — Lo apartó con
todas sus fuerzas e intentó escabullirse poniéndose bocabajo para proteger su
integridad. Pero los brazos ajenos se negaron a darle chance a su cometido.
Con una pequeña risita
ahogada, Cale posó su nariz y sus labios en el espacio libre que alcanzaba a
ver en su nuca.
—Su alteza, ¿tiene miedo?
—Tsk. — Sentir la respiración
contraria en su piel ponía todo su cuerpo en guardia. A pesar de negarse a responder,
los brazos ajenos enredaron su torso entre ellos, manteniéndolo cerca al calor
contrario.
—“Carajo, ¿cómo mierda me
metí en este problema?”. — Debía pedir ayuda.
¿Pero a quién? Literalmente
querían que se quedara junto a su enloquecido hermano. De todas maneras tenía
que aguantarlo hasta que se saciara. De hecho… ¿Qué tal si este vampiro no se
sacia nunca y simplemente lo mata?
¿Por qué a nadie parecía
importarle su suerte?
—Ahh… Me estoy volviendo
loco.
Sin mencionar aquel pasional
beso.
—Parece que está pasando por
mucho, su alteza. — Podía sentir la picardía en esa voz usualmente calmada.
—Ah…— Se acarició el rostro y
tras inspirar profundamente se descubrió el cuello. — Si no es suficiente, solo
muérdeme de nuevo.
Cale acarició el lugar con
sus dedos y luego sonrió.
·
¡Cale!
¡Despierta!
·
¡Niño! ¡Oye!
·
¡Cale!
Las voces de los poderes ancestrales
se escuchaban como un eco muy lejano. Para él solo existía la seductora visión
del príncipe, ofreciéndosele dócilmente.
—Cómo ordenes.
Lentamente acercó sus labios
y esta vez lo mordió allí, esta vez fue el pelirrojo quien se aferró al cuerpo
contrario manteniéndolo tan cerca que podían sentir el corazón contrario.
Saboreó su sangre con gula. A diferencia de su sabor ferroso natural, él podía
disfrutarlo como el mejor de los manjares.
—Ugh. — El príncipe apretó
las sábanas entre sus dedos, conteniendo el dolor. Esta vez pensaba afrontarlo
todo el tiempo que fuera necesario; sin embargo, Cale se apartó por su propia
cuenta.
—Haa… Haa…— Con la
respiración agitada, el héroe de Roan no tuvo reparos en lamer las pequeñas
heridas que dejaron sus colmillos en el cuello ajeno. Pasó su lengua con ahínco
solo semejante al más puro deseo.
—“¿Por qué lo hace como si
fuera un perrito?”. — Alberu quería llorar por lo angustiante y absurdo de esta
situación, pero se consoló en silencio.
—“Al menos ya terminó”.
O eso creía hasta que de
repente subieron su camisa y su espalda terminó siendo descubierta. Abrió los
ojos totalmente desconcertado, pero no pudo ver lo que pasaba.
—¿Qué-? ¡O-oye! — Esa
traviesa lengua no se detuvo solo en su nuca, recorrió los músculos de su
espalda.
Fue besado y mordido varias
veces. ¡Dolía!
—¡¿Qué demonios-?! ¡Espera!
Intentó detenerlo, pero
debido a la posición era difícil. Cale marcó un camino de mordidas y largas
lamidas hasta que llegó a su pantalón.
—Mierda, Cale. ¡¿Qué haaAA?!
¡Ah!
El vampiro bajó sus
pantalones como si no fuera nada y plantó su dentadura en la nalga derecha del
príncipe. A diferencia de las demás, clavó sus dientes con fuerza.
—“¡Me está comiendo en
serio!”. — Todos sus instintos le decían que le iba a terminar arrancando un
pedazo de glúteo.
Con las manos temblándole
debido al impacto, lo apartó bruscamente. Pero nuevamente era inútil, Cale sí
dejó de morderlo; pero se concentró en otros lugares y luego pasó a su otra
nalga.
Totalmente en shock, Alberu
estaba sin habla. De todas las cosas impresionantes que había hecho su
hermanito, esta era la peor.
—¡Carajo! — Lo pateó con
fuerza, logrando por fin que Cale se alejara.
—¿Huh?
Y despertara, por suerte…
¿O no?
Lo primero de Cale notó fue
la evidente semidesnudez de Alberu, lo segundo: La fila de mordidas que
recorrían su espalda hasta su retaguardia. Toda su espalda cuidadosamente
trabajada estaba cubierta de marcas.
Frunció el ceño, ladeando
levemente la cabeza. Como si fuera un rayo, la verdad se iluminó en su cabeza.
—“¿Yo hice esto?”.
·
…
·
… Intentamos
detenerte, pero… Keheh, esto pasó…
·
Estabas muy…
Concentrado…
Ante las palabras del Fuego y
la ladrona, Cale desvió la mirada, sonrojado.
Pero no más que Alberu, quien
al notar esa mirada en su rostro, rápidamente organizó su pijama de rayas
verticales y se alejó.
—Hyung-
—Ah… ¡Dame un momento! —
Salió corriendo y se encerró en el baño. Estando seguro con aquella puerta
separándolos, Alberu sintió cómo su corazón luchaba por salirse de su pecho. A
pesar de lo que pasó, aún no podía digerirlo.
Cale por su parte también
estaba atónito. La visión de su hermano jurado se quedó grabada en sus pupilas.
Cubrió sus ojos bajando la cabeza con vergüenza.
Ambos estaban apenados y sin
saberlo, murmuraron lo mismo:
—Mierda.

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