Vampiro - Capítulo 2

 



—Dosaegn, hermanito, toma las cosas con calma.— Alberu se alejó en su gran cama, tenía suficiente espacio; sin embargo, conforme Cale gateó hacia él, alcanzó el borde.

Viendo cómo el príncipe se aferraba al espaldar, el héroe de Roan sintió un breve sentimiento satisfactorio.

·        Cale…

El pelirrojo asintió, mientras se acariciaba el entrecejo. La verdad es que su cabeza estaba un poco confusa.

—“Me estoy aprovechando de él”. — Sin embargo, viendo de nuevo el gesto sonrojado, expectante y nervioso de Alberu, sintió ganas de seguir molestándolo.

—¿Q-qué pasa? ¿Estás teniendo algún extraño cambio de nuevo?

Cale suspiró largamente. La verdad es que sí se sentía extraño. Solo de echarle un vistazo a Alberu sentía sed.

—Te ves apetitoso en este momento, hyung.

El rostro de Alberu casi explota.

—¡No! ¡Espera! — Se cubrió el rostro y suspiró largamente. — ¿Por qué estás jugando en este momento? Tómatelo en serio.

Cale lo observó por un momento y después tocó con su dedo repetidamente sobre las sábanas.  Él tampoco quería morder a Alberu, pero también quería dejar de sentir que su cuerpo se debilitaba a cada segundo.

·        Estoy intentando ayudarte, pero si lo hago demasiado habrá un gran rebote.

Claro, aún si la vitalidad luchara contra la enfermedad, esto solo serviría para postergar su convivencia con el parásito. De seguir así, pronosticaba que si no recibía el tratamiento, su cuerpo no soportaría la presión y volvería a verse en riesgo de muerte.

·        Niño, te sacrificas tanto que la roquita te quedó en pañales.

El Fuego de la Destrucción también tenía razón. Pero realmente quería evitar sacrificarse y no podía ser tan terco para hacerlo por una enfermedad cuya cura estaba en sus manos. Elevó la cabeza y suspiró.

—Hyung, ¿puedes ayudarme, por favor? Solo esta vez.

Alberu guardó silencio, él también estaba consciente de la necesidad por la que pasaba Cale.

Tragó saliva y tras acariciarse el entrecejo levantó un dedo.

—Una sola condición. — Al ver que Cale asentía, Alberu le respondió con el mismo gesto. — Tienes que prometer que lo harás con cuidado.

El pelirrojo asintió nuevamente.

—Si te digo que pares, paras.

—Hm—, otra vez fue una respuesta afirmativa.

Alberu se peinó el cabello, aún ansioso. Ese rostro tranquilo de su hermano jurado solo aumentaba su nerviosismo.

—“Sé que lo hará según lo prometido, pero…”.— Por alguna razón, de todas las veces en las que Cale entró a su habitación como si fuera pedro por su casa, esta vez, estando ambos sobre la cama se sentía un tanto diferente.

El cuarto elfo inspiró largamente y negó.

—“Estoy pensando demasiado”. — Ya lo había aceptado y se mentalizó toda la tarde aunque todo haya sucedido tan rápido, solo quedaba hacerlo. No tenía sentido dar marcha atrás ahora.

—“Solo es Cale…”.

—Ha… Bien. — Armándose de valor, miró fijamente los ojos contrarios y se le acercó. De rodillas a unos centímetros de él, despejó su clavícula, dándole el visto bueno.

—Hazlo, pero… Ayer dolió demasiado, tienes que hacerlo con calma.

Cale observó la piel lisa del cuarto elfo. Fue un pequeño detalle que pasó fugazmente por su cabeza; Alberu tenía tanta confianza en él que pensaba dormir en su forma original, tal vez era cansado para él permanecer siempre ocultándose y quería aprovechar esta oportunidad para descansar. —… Agradezco mucho la disposición de nuestro sol.

—Oye, ya te dije que lo tomaras en serio.

Ignorando los regaños de su hermano jurado, el héroe de Roan se acercó lentamente hasta que su nariz estuvo a punto de tocar la piel contraria.

—O-oye…

Solo estaba tratando de adivinar en dónde debería morder, pero al elevar la mirada y encontrarse con esas facciones sonrojadas del ríncipe, Cale, sintió que algún tipo de instinto se apoderaba de él. Un destello rojo refulgió en sus ojos.

Al verlo, Alberu sintió que se le erizaban los vellos de la nuca, eso era similar a lo que vio la noche anterior, donde Cale enloqueció totalmente; mas sus réplicas quedaron encerradas en su garganta.

Un roce suave  hizo que se estremeciera de pies a cabeza.

Su respiración se cortó mientras los labios ajenos recorrían el camino desde su hombro hasta su cuello. No pudo evitar sentirse sorprendido, jamás pensó que llegaría a una situación tan comprometedora, no con su ajetreada vida; por encima de eso, nunca hubiera pensado compartir esta cercanía con su hermano jurado.

La boca ajena se tomó su tiempo en acariciar la zona. Llegó un momento en el que Cale incluso cerró los ojos y permaneció allí, agachado.

—… ¿Qué haces? — Alberu sentía que se iba a desmayar por la vergüenza mientras soportaba sentir la respiración contraria rozar su cuello.

—Dijiste que lo hiciera con calma, hyung.

El príncipe exhaló un tenue suspiro. La verdad es que sí lo había dicho, pero no imaginó que esto sería tanto para su inexperto ser.

—Termina rápido, estoy empezando a dormirme.

Cale sonrió y segundos después hizo lo pedido. De alguna manera pudo sentir el lugar correcto en el cual debía hacerlo; al igual, pese a su inexperiencia siendo un vampiro, sus dientes solo crecieron y pudo atravesar la piel contraria con facilidad.

—Ugh…

O al menos para él fue fácil, pues Alberu sintió que un pinchazo le atravesaba de allí hasta el pecho. En una reacción meramente evolutiva, su cuerpo crepitó con fuerza e incluso se sintió algo mareado. Se aferró a las ropas de Cale como si fuera un salvavidas.

Mientras, su sangre fue drenada tan lentamente que sintió ganas de acelerarlo él mismo; mas recordaba el ataque de la noche anterior con extraordinaria vividez y desistía. Lo mejor era soportar esta extraña sensación, intentando que su cuerpo se mantuviera firme.

—¡Para! — Con solo este mandato, el héroe de Roan se apartó de inmediato. Ambos permanecieron allí por un tiempo, jadeando, hasta que sus miradas chocaron.

Alberu se sintió alerta al estar bajo esa mirada sobrenatural y se quedó inmóvil.

—D-dosaegn. — Intentó llamarlo, presentía que algo no estaba bien. Esos ojos brillantes eran semejantes a la sensación de cuando veía un delicioso postre sin haber comido en todo el día.

—C-cale. — Alcanzó sus hombros. — Vuelve a tus sentidos.

Sin embargo, el héroe de Roan apartó sus manos con una fuerza sobrenatural, impropia de él y lo tiró a la cama sin mucho esfuerzo.

—¡Cale!

—Como se esperaba del sol de nuestro reino, brilla tan apuesto incluso cuando es de noche.

Aquella sonrisita pícara era justo lo que el príncipe estaba tratando de evitar. Cale estaba fuera de control de nuevo.

—¡C-cale, despier-!

Esta vez, su boca fue sellada con un beso robado.

Alberu frunció el ceño e intentó cerrar los labios, pero el vampiro lo mordió, forzando el paso de su lengua.

—“Mierda”.

Aprovechando que no podía respirar, las manos ajenas pasearon por su cuerpo.

—¡No más! — Lo apartó con todas sus fuerzas e intentó escabullirse poniéndose bocabajo para proteger su integridad. Pero los brazos ajenos se negaron a darle chance a su cometido.

Con una pequeña risita ahogada, Cale posó su nariz y sus labios en el espacio libre que alcanzaba a ver en su nuca.

—Su alteza, ¿tiene miedo?

—Tsk. — Sentir la respiración contraria en su piel ponía todo su cuerpo en guardia. A pesar de negarse a responder, los brazos ajenos enredaron su torso entre ellos, manteniéndolo cerca al calor contrario.

—“Carajo, ¿cómo mierda me metí en este problema?”. — Debía pedir ayuda.

¿Pero a quién? Literalmente querían que se quedara junto a su enloquecido hermano. De todas maneras tenía que aguantarlo hasta que se saciara. De hecho… ¿Qué tal si este vampiro no se sacia nunca y simplemente lo mata?

¿Por qué a nadie parecía importarle su suerte?

—Ahh… Me estoy volviendo loco.

Sin mencionar aquel pasional beso.

—Parece que está pasando por mucho, su alteza. — Podía sentir la picardía en esa voz usualmente calmada.

—Ah…— Se acarició el rostro y tras inspirar profundamente se descubrió el cuello. — Si no es suficiente, solo muérdeme de nuevo.

Cale acarició el lugar con sus dedos y luego sonrió.

·        ¡Cale! ¡Despierta!

·        ¡Niño! ¡Oye!

·        ¡Cale!

Las voces de los poderes ancestrales se escuchaban como un eco muy lejano. Para él solo existía la seductora visión del príncipe, ofreciéndosele dócilmente.

—Cómo ordenes.

Lentamente acercó sus labios y esta vez lo mordió allí, esta vez fue el pelirrojo quien se aferró al cuerpo contrario manteniéndolo tan cerca que podían sentir el corazón contrario. Saboreó su sangre con gula. A diferencia de su sabor ferroso natural, él podía disfrutarlo como el mejor de los manjares.

—Ugh. — El príncipe apretó las sábanas entre sus dedos, conteniendo el dolor. Esta vez pensaba afrontarlo todo el tiempo que fuera necesario; sin embargo, Cale se apartó por su propia cuenta.

—Haa… Haa…— Con la respiración agitada, el héroe de Roan no tuvo reparos en lamer las pequeñas heridas que dejaron sus colmillos en el cuello ajeno. Pasó su lengua con ahínco solo semejante al más puro deseo.

—“¿Por qué lo hace como si fuera un perrito?”. — Alberu quería llorar por lo angustiante y absurdo de esta situación, pero se consoló en silencio.

—“Al menos ya terminó”.

O eso creía hasta que de repente subieron su camisa y su espalda terminó siendo descubierta. Abrió los ojos totalmente desconcertado, pero no pudo ver lo que pasaba.

—¿Qué-? ¡O-oye! — Esa traviesa lengua no se detuvo solo en su nuca, recorrió los músculos de su espalda.

Fue besado y mordido varias veces. ¡Dolía!

—¡¿Qué demonios-?! ¡Espera!

Intentó detenerlo, pero debido a la posición era difícil. Cale marcó un camino de mordidas y largas lamidas hasta que llegó a su pantalón.

—Mierda, Cale. ¡¿Qué haaAA?! ¡Ah!

El vampiro bajó sus pantalones como si no fuera nada y plantó su dentadura en la nalga derecha del príncipe. A diferencia de las demás, clavó sus dientes con fuerza.

—“¡Me está comiendo en serio!”. — Todos sus instintos le decían que le iba a terminar arrancando un pedazo de glúteo.

Con las manos temblándole debido al impacto, lo apartó bruscamente. Pero nuevamente era inútil, Cale sí dejó de morderlo; pero se concentró en otros lugares y luego pasó a su otra nalga.

Totalmente en shock, Alberu estaba sin habla. De todas las cosas impresionantes que había hecho su hermanito, esta era la peor.

—¡Carajo! — Lo pateó con fuerza, logrando por fin que Cale se alejara.

—¿Huh?

Y despertara, por suerte…

¿O no?

Lo primero de Cale notó fue la evidente semidesnudez de Alberu, lo segundo: La fila de mordidas que recorrían su espalda hasta su retaguardia. Toda su espalda cuidadosamente trabajada estaba cubierta de marcas.

Frunció el ceño, ladeando levemente la cabeza. Como si fuera un rayo, la verdad se iluminó en su cabeza.

—“¿Yo hice esto?”.

·       

·        … Intentamos detenerte, pero… Keheh, esto pasó…

·        Estabas muy… Concentrado…

Ante las palabras del Fuego y la ladrona, Cale desvió la mirada, sonrojado.

Pero no más que Alberu, quien al notar esa mirada en su rostro, rápidamente organizó su pijama de rayas verticales y se alejó.

—Hyung-

—Ah… ¡Dame un momento! — Salió corriendo y se encerró en el baño. Estando seguro con aquella puerta separándolos, Alberu sintió cómo su corazón luchaba por salirse de su pecho. A pesar de lo que pasó, aún no podía digerirlo.

Cale por su parte también estaba atónito. La visión de su hermano jurado se quedó grabada en sus pupilas. Cubrió sus ojos bajando la cabeza con vergüenza.

Ambos estaban apenados y sin saberlo, murmuraron lo mismo:

—Mierda.



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